El año pasado, en la preparación del viaje a Colombia apenas colaboré, sólo pensar en moverme en silla de ruedas por el mundo no adaptado me abría las carnes; lo de siempre, comparar el antes con lo que suponía que podía ser el ahora no resultaba nada grato.
Pero allá que nos fuimos, y disfrutamos, y superamos una y otra situaciones complicadas, hasta con risas. Así que, una vez pasada la prueba de “cómo coño voy a disfrutar del viajar en estas condiciones de mierda”, me sentía exultante, feliz, capaz de (casi)todo y dándole vueltas a cuál podía ser el siguiente objetivo… No tuvimos que pensar mucho: una invitación de boda en Phuket – Tailandia nos sonó a gloria bendita y ¡ale! ¿quién dijo miedo?
Yo contaba con que Tailandia, siendo el país más turístico de la zona y con tanto jubilado occidental viviendo por allí, fuera medianamente accesible a una sillera con ganas. Error. Los jubilados europeos en scooter son privilegio de Benidorm, a Tailandia no va ni uno. Y visto lo visto, no me extraña.
¿Por qué? En principio, para recorrer el país con silla haría falta:
1. Ayuda técnica: yo viajo con mi handibke electric de batec
2. Ayuda moral y humana: NO sin mi marido-todoterreno
3. Más ayuda humana: de todo el que se cruce en tu camino
4. Un par de ovarios bien sujetos y colocados
5. Un punto de inconsciencia y tolerancia a las dificultades y los fracasos varios.
AL LÍO:
• En las calles los bordillos tienen una altura de vértigo. Y las aceras casi nunca están rebajadas, por lo que la mejor opción ha sido circular por la calzada (encomendándose a buda y a todos los santos, que además conducen por la izquierda y no sabes por dónde te vienen)
• Los tuc tuc son bonitos de ver, exóticos y baratos, pero ¿montar en uno? Sólo apto para muy valientes (o inconscientes, no sé) ¡Fijaos en la altura!
• En los TEMPLOS: Buda tiene que estar en un plano superior al común de los mortales, por lo que no hay templo sin escaleras. A veces encuentras rampas, a veces trenes (im)posibles, a veces… te vale con saludar a buda de lejos…
• Los baños públicos muchas veces son simples agujeros en el suelo. Yo he optado en muchas ocasiones por sondarme a la entrada, donde hay una zona zona común con lavabos. Una vez perdida la vergüenza, es la opción más cómoda e higiénica.
• Si intentas tomar un ferry , como el que te lleva a las islas Phi Phi, pueden convertirte en un trono de semana santa y sacarte en procesión. Es toooodaaaa una experiencia
• Subir y bajar de barcos más pequeños no resulta más fácil, pero no hay otra manera de visitar algunas islas y playas y practicar esnorquel, como en Khao Sok, Phuket o las islas Phi Phi.
Aunque, POR OTRO LADO:
• En Bangkok el metro y el sky train sí son accesibles.
• Los mercados locales y puestos de comida callejeros no sólo son accesibles sino muy, muy recomendables y disfrutables. Se come taaaannn bien en (casi)cualquier sitio (y por taaaannnn poco dinero…)
• Siempre encontrarás a gente dispuesta a ayudarte a subir y bajar escaleras de templos, de barcos, de puentes, los accesos a las tiendas, a cuevas… con lo que necesites, vaya
• Un masaje tai tradicional no, pero los de espalda-hombros-cuello son recomendables 100%. Hay mil sitios y la mayoría son buenos. No sé porqué será, pero no tengo ni una foto 😜
• Y mani-pedi por doquier también
• Aquí gastarás poco: para acceder a la mayoría de los comercios hay al menos un escalón y además en algunos no puedes menearte sin miedo a romper algo y que te lo hagan pagar
RESUMIENDO: seguramente sea que a mí me gusta LIRILI, y que además tengo a mi lado al mejor de los compañeros de viaje, pero a pesar de las dificultades (o incluso puede que a causa de ellas) lo he gozado todo. Y mucho.
Este mundo no es de Mr. Wonderful, no creo en el «si quieres y pones todo de tu parte, el universo conjurará para que lo consigas«. Ni de coña. Pero si quieres y tienes algunos astros aliados a tu favor (ver el apartado de ayudas), Tailandia es un país a visitar, sin duda.
Uyyyyyy si habíamos ido para una boda….
Que guay está contado!!! Las fotos son geniales. Muy bien!!! Próximo destino…
Me alegro de que te guste jajaaaaa
Ahora volvemos a pensar en Africa, vuelve también México… el mundo es grande y nosotros muy curiosos…
nos quedamos llorando en casa? o nos comemos el mundo? todo es una elección …. buen viaje 🙂 Gracias por compartir
A veces el mundo se nos puede comer pero aún así creo que quedarse en casa llorando no es una elección, al menos no la buena. ¡Muchas gracias por estar ahí!
Me chuta de vida leerte. El equipazo de acompañantes que te ayudan a tirar del carro y tus ganas hace que lo único inadaptado para ti sea las limitaciones mentales que algunos tienen. Besos
Jajaaa no te creas, el mundo (y mi cuerpo) están llenas de limitaciones, sólo que muchas veces me resisto a aceptarlas. Menos mal que cuento con un equipo que es la envidia de la profesión 😉 y tiran de mí, de mi carro y de todo lo que se ponga por delante… ¡¡Besos campeona!!
Me gusta leerte. Yo, que lo más exótico que he visitado fue Estambul y me pareció que estaba muy poco adaptado!!!
El mundo no está adaptado, más allá de la pequeña parte de nuestro entorno que hayamos podido adaptar. Así que no nos queda más que liarnos la manta a la cabeza y saltar… con red, eso sí. Mil gracias